LOS FABRICANTES DE SUEÑOS
“Llegaron en medio de la noche, ellos pensaban que yo dormía pero se equivocaban. Entraron por la ventana, primero él, después ella y luego ellos. Pensé que estaba soñando, así es que, me pellizqué la nariz, pero allí estaban. El lucía un sombrero de copa con un conejo blanco en lo alto, ella adornaba su cabeza con finas alas y ellos con gorritos de cumpleaños se posaban en lunas y estrellas.
Venían envueltos en pequeñas lucecitas que alumbraban mi habitación llenándola de mágicas sombras. Volví a pellizcarme la nariz pero allí seguían, cada vez más cerca de mi cama. Les oí discutir. -¡le vais a despertar! decía ella muy enfadada.
Mantuve la respiración y contuve mi corazón que asustado lo tenía en los pies escondido bajo las sábanas.
Y allí estaban, sobre mi almohada, tan cerca que estuve a punto de estornudar, aquellas lucecitas me hacían cosquillas en la nariz.
Abrieron con sigilo la cremallera de mi almohadón y se colaron dentro. Pegué bien mi oreja para escuchar mejor lo que allí abajo estaba sucediendo. El sacudió su sombrero y el conejo blanco sopló fuerte, los dos pajaritos revoloteaban sin parar llenando el interior de mi almohada de estrellas. Bailaron, jugaron y cantaron hasta el amanecer. Y tal y como llegaron se fueron. Dejando mi almohada rellena de sueños.”
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